Granuloma inguinal

El granuloma inguinal suele comenzar como pápulas o nódulos indoloros en la región genital o perianal, que evolucionan lentamente hasta convertirse en úlceras crónicas con bordes elevados y bien definidos y aspecto carnoso. Las lesiones están muy vascularizadas y tienden a sangrar al tacto, pero sin dolor significativo, lo que ayuda a diferenciarlas de infecciones genitales como el herpes genital o el chancroide, que generalmente son dolorosas. Otra característica que lo diferencia de otras infecciones de transmisión sexual es la ausencia de linfadenopatía regional significativa. Cuando los ganglios linfáticos aumentan de tamaño, suelen ser pequeños y no supuran, a diferencia de lo que ocurre, por ejemplo, en el linfogranuloma venéreo. Las úlceras del granuloma inguinal tienden a ser progresivas y, si no se tratan, pueden coalescer y provocar una destrucción tisular extensa, con potencial de deformidad genital. Debido a su evolución insidiosa y su aspecto exuberante, a menudo pueden confundirse con neoplasias, especialmente carcinoma de células escamosas, o con lesiones sifilíticas de larga duración.